Se divide el proyecto en dos secciones, dependiendo de la fachada hacia donde mira. Una primera fachada, hace alineación a calle, es orientación NORTE y necesita aislarse tanto del ruido del tráfico rodado, como de las pérdidas de energía por la ausencia de radiación solar. Esta fachada ocupa todo el ancho de la parcela para cerrar lo máximo posible la zona interior y utiliza materiales más duros y resistentes.
En la parte interior, se hace fachada a zonas privadas interiores de parcela, por tratarse de orientación SUR, la disposición es más orgánica, aprovechando todo el soleamiento del día, generando terrazas para disfrutar del mismo y voladizos que ocultan el sol en verano. La estructura es orgánica y se utiliza el blanco que refleja la luz y la madera como material natural recurrente.
Por medio de una simetría en las plantas intermedias respecto a un eje imaginario central y debido a la disposición de la envolvente de las viviendas, se generan en la fachada trasera las diferentes terrazas y voladizos que ayudan al edificio a comportarse de una manera eficiente energéticamente hablando.