Partíamos de un local que, desde su concepción original, se había destinado al uso administrativo, con estructura típica de oficina, el cual se pretendía transformar en dos viviendas a efectos legales y de diseño.
El resultado son dos viviendas diferentes, por un lado, un pequeño apartamento con un espacio diáfano destinado a salón, comedor y cocina, con un baño y un dormitorio exento. Y por otro lado una vivienda con dos dormitorios, en que se buscaba, igualmente un espacio diáfano con cocina abierta al espacio comedor y estar, pero independiente del resto de estancias.